No importa que tienes, sino a quien tienes

Dios define el éxito de manera contraria a como la define el mundo, el mundo mira lo que tienes y Dios mira a quien tienes.

¿Recuerdas la historia de José? (Génesis 37:1 al 50:26) 

José era un joven muy bendecido porque Dios estaba con él. Pese a que vivió momentos muy difíciles Dios nunca lo abandonó. Fue maltratado y vendido por sus hermanos, fue acusado injustamente por la mujer del faraón y fue encarcelado. Pero Dios estaba con José y de todos los momentos difíciles el Señor lo rescató.

En génesis 39: 2-3 dice que Potifar se dio cuenta que Dios estaba con José, por eso lo eligió, la gracia de Dios estaba sobre él, no fue elegido por sus habilidades ni capacidades porque José no sabía trabajar ni ser esclavo, no tenía nada para ofrecer pero el oficial de la corte egipcia sabía que tenía algo diferente y eso era la presencia de Dios.
Cuando su presencia se manifiesta en tu vida comienzas a brillar y comienzas a ser luz en medio de la oscuridad, es por eso que necesitamos una manifestación real de su presencia y una total dependencia de él.

Todos notaran un cambio hasta las personas que no conocen de Dios, no es obra nuestra sino de él, de su gracia.

Cuando dejas de esforzarte por conseguir cosas luchando, sacrificando y acumulando dinero y te detenes para depender del favor divino de Dios comenzas a experimentar sus resultados, los resultados que produce Jesús y su Gracia.

Necesitamos reconocer que sino dependemos de Él, no podremos tener éxito real, perdurable y permanente.
Él está esperando que dejemos de luchar y esforzarnos por “MERECER” su Gracia.
Jesús espera que dependas de Él y que descanses en Él, comienza a experimentar su presencia y su gloria en todo lo que toques y hagas.

Todo lo que toques será Bendecido, no importa que tienes sino a quien tienes !!