¿Cambia algo cuando llegamos a un lugar?

Hechos‬ ‭5:15-16‬ ‭
«Como resultado del trabajo de los apóstoles, la gente sacaba a los enfermos a las calles en camas y camillas para que la sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos cuando él pasaba. Multitudes llegaban desde las aldeas que rodeaban a Jerusalén y llevaban a sus enfermos y a los que estaban poseídos por espíritus malignos, y todos eran sanados.»

¿Qué era lo que hacía que la gente buscara a Pedro y se conformara con  solo tocar su sombra? Simplemente era una sombra, pero aun así liberaba poder para sanar.
¡Esto es algo asombroso! Pedro no hacía nada en particular, simplemente su presencia generaba toda una revolución donde llegaba. Es que Pedro tenía algo muy valioso y poderoso con el y era al Espíritu Santo.

Otro ejemplo de que Su Presencia producía cambios o reacciones al llegar a un lugar, lo encontramos en Lucas 1:40-45:
«donde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elisabet. Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo. Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre. Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo.»

Jesús desde el vientre de su madre ya era lleno del Espíritu Santo y simplemente su presencia generaba reconocimiento en otros. Reconocimiento de quién era, de su autoridad.

Al igual que ellos, nosotros somos portadores del mismo Espíritu y nuestra sola presencia debería cambiar ambientes, generar algo en otros. Digo debería porque muchas veces eso no sucede (¿Te confronta si en realidad digo “la mayoría de las veces”?).
Cuando somos llenos del Espíritu Santo y comenzamos a vivir en la plenitud de la vida que portamos, nuestra sola presencia produce algo en los demás, ellos reconocen que tenemos algo distinto.
Solo debemos procurar despojarnos completamente de nosotros y ser llenos de su Espírituser llenos de Cristo y vivir en la plenitud de vida que se nos entregó el día que recibimos la salvación.

Así comenzaremos a actuar y vivir desde ese lugar, desde Cristo. Y algo mayor y más poderoso de lo que podemos llegar a comprender o imaginar será impartido por medio de nuestras vidas.
¡Sé intencional en lo que haces y dices, buscando que solo con tu presencia el ambiente sea transformado!

Por: Marianella Chialva