¡Nos ama eternamente!

Rut se negó a abandonar a su suegra Noemí y le dijo: “……no me ruegues que te deje y me aparte de ti; porque donde quiera que tu fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada……” (Rut 1:16,17).Es muy hermosa la historia de amor de Rut registrada en las Sagradas Escrituras. Es una historia de amor entre ella y el Dios que la acogió en Sus brazos siendo de un pueblo extranjero y además muy despreciado por los israelitas.Rut se aferró al Dios Vivo, creyó en Él y su Dios jamás la defraudó. Es hermoso como cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de vivir esa historia de amor con nuestro Padre celestial en una relación íntima y muy personal. Él Creador de los cielos y la tierra nos ama tiernamente, individualmente. Cada uno somos muy amados, especiales, únicos ante Sus ojos, y Él esta anhelando derramarnos ese amor cada bendito día que nos regala.El mundo no conoce esta clase de amor tan puro, limpio, absolutamente incondicional y desinteresado que fluye del corazón de nuestro Padre para con nosotros. Dios entregó a la muerte a Su más bello y preciado tesoro: SU HIJO UNIGÉNITO, para pagar con precio de sangre nuestra redención, tu vida eterna y la mía, tu justificación y la mía. Ese amor florece y se desborda de nosotros, sólo cuando entendemos la forma en que hemos sido amados. Este amor brota espontáneamente de nosotros cuando comenzamos a vislumbrar este inconmensurable y apasionado amor que nuestro dulce Abba Padre tiene por cada uno de nosotros. Cuando comenzamos a disfrutar de ese amor eterno, nos es imposible contenerlo y lo derramamos a quienes Dios nos acerca.

El amor del Padre es la más hermosa melodía que jamás hemos escuchado, la más dulce serenata que nadie jamás nos ha brindado, es la carta de amor más bella que nadie jamás nos ha escrito. Él nos ama por Su gracia, no por nada que hagamos o dejemos de hacer, EL SIMPLEMENTE NOS AMA ETERNAMENTE.Padre bueno, muéstranos lo amados, únicos y especiales que somos a tus ojos, para que así lleguemos a ser una carta de amor para un mundo hundido en el caos, enfermo y lleno de dolor.

Claudia Juárez Garbalena

Extraido del blog <<Mira solo a Dios>>